DESCUBRIENDO LA LEYENDA DE LA CRUZ DEL DIABLO EN CUENCA
ANÓNIMO
CUENCA ES UNA DE LAS CIUDADES MÁS MÁGICAS DE TODO EL TERRITORIO ESPAÑOL Y
LA HISTORIA DE LA CRUZ DEL DIABLO ES UNA DE SUS NUMEROSAS LEYENDAS
LA
LEYENDA DE LA CRUZ DEL DIABLO
Cuenta una antigua leyenda que en la
ciudad de cuenca vivía un joven encantador que era hijo del oidor de la villa.
Todas las chicas de la villa estaban enamoradas de él. Y éste que además de ser
guapo tenía mucha labia, se aprovechaba de sus encantos para aprovecharse de
las jóvenes y obtener favores carnales. Por supuesto, después de utilizarlas,
las dejaba sin sentir ninguna lástima por ellas.
Pero un día, su suerte cambió. Y es que llegó a la ciudad una joven llamada Diana proveniente de otro lugar. Una forastera de lo más hermosa que atraía las miradas, tanto de hombres como de mujeres. Y como no podía ser de otra manera, también había llamado la atención del hijo del oidor de Cuenca.
Éste, conocedor de sus encantos y
seguro de su éxito, decidió hablar con Diana, para así engatusarla y conseguir
sus favores. Una nueva conquista para su larga lista de amoríos que sería la
mejor de todas ellas. Pues sin duda, a joven forastera se había convertido en
la mujer más bella de la villa.
Pero lo que no sabía era que Diana
era muy inteligente. Y que ya se había dado cuenta de cuál era la intención que
tenía el joven. Y debido a ello, siempre que él le proponía algo, lo rechazaba
sin ningún remordimiento. Pero él, no se daba por vencido. Y todos los días
inventaba una nueva excusa para poder acercarse a la joven. Aunque el resultado
siempre era el mismo. Una negativa absoluta.
Un día, en la víspera del día de Todos los Santos, el joven recibió una carta. Era de su deseada Diana quien lo citaba en la puerta de la Ermita de las Angustias. En ella, le decía que sería suya en la noche de Difuntos Y éste, que ya estaba desesperado por no conseguir lo que tanto anhelaba, recibió con gran alegría lo que en la carta le decía la joven.
Esa noche, la emoción y el deseo lo
embargaba. Por fin iba a conseguir su objetivo. Y después de tanto trabajo y
rechazos creía haber conseguido engañar a la joven. Así, acicalado y hecho todo
un galán, se encaminó al lugar en el que había quedado con su amada. Pese a que
llovía y tronaba con mucha fuerza.
Cuando llegó a la Ermita encontró a
Diana vestida como una auténtica princesa. Con sus mejores vestimentas. Así, el
hijo del oidor de Cuenca comenzó a besarla como si no hubiese un mañana.
Recorrió cada centímetro de la blanca piel de Diana. Y loco de lujuria intentó
quitarle el vestido a la joven.
Mientras tanto, la tormenta
continuaba y la luz de los rayos iluminaba de vez en cuando el interior de la
Ermita. Diana se levantó su falda para que el joven desabrochara sus chapines.
En ese momento, la luz de un rayo penetró en el edificio en el que estaban
dando rienda suelta a sus amores. Y entonces, los bellos y finos pies de Diana
se convirtieron en pezuñas.
El joven, aterrorizado ante lo que
estaba viendo, elevó la mirada para contemplar a la dama. Y en ese momento vio
como Diana se había convertido en el Diablo. Un ser monstruoso que no paraba de
reír con esperpénticas carcajadas. El muchacho, horrorizado por tal escena,
salió corriendo entre gritos de horror. Consiguió salir de la Ermita y llegar a
una cruz que se encontraba en sus inmediaciones. Y se abrazó a ella esperando a
que Dios lo salvara del Demonio.
El Diablo que lo había perseguido en
su carrera. Llegó al joven justo cuando se iba a abrazar a la cruz. Y le
propinó un zarpazo que le rozó el hombro. Cuando abrió los ojos, contempló cómo
la temible bestia ya no estaba allí, pero si las huellas de ese zarpazo. Un
zarpazo que quedó plasmado en la piedra de la cruz y que hoy en día se puede
contemplar si nos acercamos a visitarla.
Cuenta la leyenda que el joven
ingresó en el santuario de la Virgen de las Angustias y que nunca más salió de
allí. Ni siquiera para ver la luz del sol. Y la zarpa del diablo sigue en
la cruz que hay frente a la puerta de la Ermita para hacernos recordar la
mala conducta de este joven de Cuenca.
LA ERMITA DE LAS ANGUSTIAS DE CUENCA, EL ESCENARIO DE LA LEYENDA DE LA CRUZ DEL DIABLO.
El escenario de la leyenda de La
Cruz del Diablo es hoy en día uno de los más bonitos que puedes visitar en Cuenca. Se trata de una
Ermita construida en siglo XVII que sustituyó a una anterior del siglo XIV en
la que estaría ambientada esta leyenda. En ella se veneraba la imagen de la
Virgen de las Angustias. Una imagen de culto muy popular entre los conquenses.
En su entorno se encuentra además, el antiguo Convento de los Descalzos que
data del siglo XVI. Y en la puerta de éste es donde se encuentra la cruz con la
temida garra del Diablo.
Para llegar a ella se puede optar
por descender desde la Plaza Mayor por la Calle Pilares y la Bajada de las
Angustias. O bien optar por ir desde el Recreo Peral. Una zona en la ribera del
río Júcar que hace las delicias de quien lo contempla. Elijas el camino que
elijas, disfrutarás de lo bonita que es Cuenca.
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