SECRETOS BAJO UNA HIGUERA
Escrito
pela: Revista Espores. "La veu del Botànic" 24.05.13
higuera ficus carica
Según la leyenda popular, la higuera se asocia con las almas y las
presencias malignas, aunque la tradición más clásica asegura que las ramas son
capaces se sosegar y calmar a algunos animales salvajes, como por ejemplo, los
toros.
La higuera (Ficus carica) es una planta originaria de Asia que, desde
hace miles de años, se ha cultivado en las zonas del Mediterráneo. De hecho,
parece que los primeros cultivos de la higuera se realizaron en Siria y en el
antiguo Egipto, tal y como podemos observar en algunos jeroglíficos de la
pirámide de Giza (Egipto) que representan a la planta.
higos y hojas del ficus carica
Este árbol monoico de corteza gris y rugosa, puede conseguir los 8
metros de altura y presenta unas hojas de color verde oscuro, dispuestas de
forma alterna, que segregan un látex duro y vistoso de color blanco. En cuanto
a sus flores podemos decir que son axilares y que poseen un receptáculo
alargado con forma de botella que curiosamente es polinizada únicamente por un
tipo de mosca concreto.
la higuera y sus troncos
Pero sin duda, uno de los mayores tesoros de la higuera son sus
frutos, las brevas o higos, que recibirán uno u otro nombre en función del
momento en el cual sean recogidos. Si se hace cuando el fruto está todavía sin
madurar se llaman brevas, y si es cuando ya está en su punto, higos, siendo
éstos más dulces que las primeras. Ambos se comen de forma natural o secos y se
emplean en numerosas recetas, especialmente en repostería. Además, se trata de
frutos muy ligados a algunas festividades como la Navidad o la Semana Santa.
brebas e higos
Además de servir como alimento y como dulce, los higos se recomiendan
en diferentes procesos de la medicina natural ya que pueden aportarnos
numerosos beneficios. A nivel digestivo poseen calidades nutritivas y
energéticas, y son especialmente útiles en los casos de estreñimiento. Se
aconseja también el consumo de higos por vía externa aplicando una cataplasma
de las hojas y los frutos sobre las úlceras, un remedio que también se emplea
para eliminar callosidades y verrugas de la piel.
hojas de higuera
Y no solamente esto, entre algunos de los usos más populares de esta
planta está el de consumirla para prevenir la osteoporosis, como dilatador en
el momento del parto y para combatir trastornos ginecológicos como la amenorrea
y la dismenorrea. También su función desintoxicadora del organismo es
legendaria, un método sencillo y práctico es el de consumir entre 1 y 2 kilos
de higos dos veces por semana, aunque dependerá de la tolerancia a la fruta y
el apetito de cada uno, claro está.
bonsai de higuera carica
LEYENDAS
PAGANAS Y RELATOS DE LA BIBLIA
otro bonsai de higuera carica
Pero si hay algo que llama la atención sobre la higuera es que es una
planta llena de leyendas. La mayoría de ellas empezaron durante la Edad Media y
han permanecido hasta nuestros días. Sin embargo, el poder esotérico de la
higuera es muy anterior, ya en la Roma clásica era un árbol sagrado y con sus
hojas se coronaba al dios Saturno. Anteriormente, los griegos dedicaban esta
planta a Mercurio, y los espartanos, a Baco, mientras que al otro lado del
mundo, en la India, la higuera se consagraba al dios Vishnu.
vishnu y sus avatares
Se dice que una rama de Higuera es capaz de calmar la furia de los
bueyes salvajes y la psicomancia atribuye a su hoja propiedades adivinatorias,
de hecho dicen que si escribes una pregunta sobre la hoja de una higuera
obtendrás la respuesta dependiente del tiempo que tardo al secarse. Por otro
lado el zodíaco dice que la higuera se identifica con el signo de Acuario y sus
frutos pertenecen, cuando son blancos, a Júpiter y Venus, y cuando son negros,
a Saturno.
algunos planetas
Sin embargo, las leyendas más curiosas sobre la higuera están
relacionadas con las almas en pena, pues dicen que las higueras las albergan en
su interior. Cuenta la tradición oral que durante la noche de San Juan, la
noche más corta del año y una de las más mágicas, la flor de la higuera
florecía por única vez durando sólo unos instantes. Por eso, conseguirla era
algo complicado y además decían que era necesario subirse a la higuera y buscar
entre las ramas más altas. Pero quién lo lograba finalmente obtenía como
recompensa enriquecimiento y felicidad para toda su vida.
higuera centenária
Y es que a esa hora además se escuchan gritos y gruñidos que provienen
de dentro del árbol y que las serpientes y arañas, animales relacionados con el
mal, también rondan las ramas del árbol, así que sólo aquel que no tenga miedo
y que sea de alma pura podrá ver la higuera llena de flores, entonces deberá
que coger solamente una de las flores y ponérsela en el pecho, donde la
guardará toda la noche. Dicen que el día siguiente la flor mágica habrá
desaparecido pero que el valiente tendrá fortuna y felicidad para toda la vida.
flores de la higuera
Por otro lado, la higuera es uno de los árboles que más se mencionan
en la Biblia en diferentes ocasiones. Después de la expulsión del hombre del
Paraíso, Adán y Eva cosieron hojas de higuera y con ellas se hicieron unos
taparrabos. También Isaías el profeta habla de ella en el libro de los Reyes,
pues aconsejó al devoto rey Ezequiel aplicar una masa de higos sobre una
inflamación que tenía que le estaba causando la muerte.
Sin embargo, la historia que más llama la atención sobre la higuera es
la parábola de Jesús donde maldice a la higuera. Se trata, posiblemente, del
milagro más extraño que Jesús realizó en su vida, el único destructivo, el
único que realizó en Jerusalén y el único que tardó 24 horas a cumplirse.
Explica San Marcos que una mañana Jesús salió con sus discípulos de Betania,
cerca de Jerusalén, y al poco de andar sintió hambre y se acercó a una higuera
que vio de lejos. Pero el árbol estaba vacío “es que no es tiempo de higos”,
dijo Marcos. Entonces Jesús la maldijo diciendo: “Que nunca nadie coma frutos
de ti!” Y continuó con su viaje y sus discípulos hacia el Templo de Jerusalén.
El día siguiente, cuando volvió a pasar por el lugar, sus discípulos vieron con
sorpresa como la higuera se había secado hasta sus raíces (Marcos, 11,12-26).
se morió...
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